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Testimonios

Nos preocupamos por el bienestar no solo de nuestros residentes, sino también de la tranquilidad de sus familiares, es por esto que, con nuestra labor basada en el respeto, la consideración y el cuidado, hemos logrado ganar la confianza de nuestros usuarios.

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Gabriela Fabara

Hija

En Hogar Dulce Hogar hemos encontrado un lugar acogedor para el cuidado de mi mami, existe siempre un cuidado muy personalizado y profesional a las abuelitas, la casa siempre limpia y en orden total, las abuelitas NUNCA están enfermas ni en malas condiciones, sino más bien SIEMPRE muy bien cuidadas.  Sobre todo a mi mami veo que le tratan siempre con mucho CARIÑO, no como una más, sino desde la empatía y atención especial que ella requiere.   Este es un verdadero segundo hogar para mi mami.

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Lilian Galarraga

Hija

Hace cinco años mi madre tuvo una serie de accidentes cerebro vasculares que lamentablemente le dejaron secuelas y complicaciones; después de pasar dos años en un hospital de cuidados paliativos fue dada de alta, con movilidad limitada del lado izquierdo, restricciones en la alimentación y el lenguaje, paraplejia y demencia vascular producto de las lesiones cerebrales.  El cuadro es muy desolador cuando a pesar de que quieres cuidar de ella y apoyarle, también debes trabajar para continuar con tu vida y para proporcionarle la mejor calidad de vida que puedas.  También es cierto que al principio la familia está presente; sin embargo al ser una enfermedad crónica poco a poco se van y solo los más allegados debemos velar por nuestros seres amados. 

 

Por referencia de un familiar conocí Hogar Dulce Hogar, dejé en sus manos el cuidado de mi mamá, porque me llamó mucho la atención el cariño y dedicación de los dueños Nickolay y Doris les daban a los abuelitos, la flexibilidad en las visitas, lo impecable del sitio; he podido llegar en cualquier momento y siempre el ambiente es nítido, cordial y afectuoso.

 

El estado general de mamá ha mejorado gracias a Dios y por supuesto a los cuidados que recibe y, aunque no puede vernos todo el tiempo, cuando nos despedimos vemos en ella el semblante de paz y tranquilidad.  He descubierto en este lugar personas con vocación de servicios, abnegados y serviciales que no solo cuida de los abuelitos sino que quieren y sobre todo respetan su condición y les dan un trato digno…

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Oscar Cisneros

Hijo

Luego de una experiencia de dos años en otro hogar de ancianos, en marzo del año pasado por referencias que recogió mi hermana, llegamos a Hogar Dulce Hogar para observar las características del hogar de acogimiento, la limpieza de las instalaciones, el ambiente familiar, fresco sin malos olores, la calidez de personal auxiliar, el pequeño número de ancianos acogidos,  y la expresión sincera de quienes administran el local fueron los primeros detalles que nos animaron a confiar el cuidado de nuestra querida madrecita.

 

Luego fuimos testigos del afecto con el que se les trata, de los cuidados y las atenciones diarias en el aseo personal, en los tratamientos de fisioterapia y la prolijidad en el suministro de los medicamentos y de las restricciones de alimentación dispuestas por los médicos; atentos a los cambios de salud de mi madrecita y en alertarnos sobre cualquier síntoma de cuidado o de alarma, han mantenido siempre una coordinación permanente con los familiares para comentar la situación de salud física y anímica de la paciente.

 

Debo manifestar  mi agradecimiento a la señora Doris de Cobos, al señor Nickolay Cobos y a todo el personal de Hogar Dulce Hogar por la atención que dispensan a mi querida madrecita, y mi reconocimiento por la calidez y constancia con los que trabajan. Me siento confiado y satisfecho con el servicio que nos brindan. Gracias de todo corazón.

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